Historia Institucional
Conquista, patrimonio y orgullo de la comunidad.
La historia del colegio está ligada a la historia del barrio Florencia. Este territorio era propiedad de la familia Cook, familiares de don Alfredo Cook Arango. Eran unos guayabales y unos rastrojos. La finca tenía dos terrenos bien diferenciados: una parte plana donde se construyó el barrio Florencia y otro terreno más pendiente donde luego se ubicó el barrio Pedregal. El sector de pedregal fue donado por Jhon F. Kenedy para construir viviendas para las personas más pobres.
El terreno de Florencia fue dividido en dos partes: una parte la compró el Instituto de Crédito Territorial para construir urbanizaciones para profesores, empleados del municipio, el departamento y para policías. En los planos no figuraba el terreno para el colegio. Al principio figuraba en los planos un espacio para la escuela, la inspección del policía, la iglesia y el parque. En el espacio donde hoy existe la sección de primaria había una caseta del Instituto de Crédito Territorial para guardar materiales.
La señora Dolly Botero Botero vio nacer el barrio y también vio nacer la escuela. “Aquí no había escuela ynosotros teníamos la necesidad de educar a nuestros hijos. En esas casetas iniciamos las clases con madres de familia como maestras voluntarias. Así fundamos los primeros grupos. Al año siguiente nos nombraron maestros, sin embargo teníamos que habilitar nuestras casas para que sirvieran como salones porque no se había construido entonces la escuela”. La organización Alianza para el progreso de las Américas hizo un aporte económico para la construcción de la escuela. El espacio lo entregaron sin terminar pero la gente de Florencia deseaba que sus hijos estudiaran y por eso todos ayudaron a su edificación. En las escrituras decía que dentro del barrio debía existir una manzana para educación, la parroquia y la salud, sin embargo existía un problema porque no se había delimitado en terreno. Los líderes del barrio (Hector Pidrahita, Gabriel Zuluaga, Saulo Jaramilo, José Joaquín Ardila, Victoriano Jaramillo, entre otros) pusieron la primera el 19 de julio de 1997 cerca de donde hoy es el parque, pero la curia frenó la construcción porque el terreno no se había delimitado. Monseñor Victor Viedman aseguraba que todo el territorio le pertenecía a la iglesia.
La primera piedra oficial la gestionaron los políticos del Partido conservador. Hacía 15 días habían asesinado a don Diego Echavarría Misas, entonces ellos expresaron que si le colocaban el nombre de este empresario antioqueño, levantaban aquí un colegio. El Dr. Uribe Ferrer fue invitado por los líderes al barrio y durante una borrachera firmó la promesa para construir la primera etapa del colegio. La ordenanza 018 de 1967, que creó el Liceo Departamental Florencia, fue fechada el 28 de diciembre, día de los inocentes. En 1968 colocaron la primera piedra oficial para la construcción del colegio. El Diego Echavarría Misas nació con sudor, lágrimas y peleas, pero con un inmenso deseo de salir adelante.
La primera etapa del colegio corresponde al sector de abajo, donde funcionan las aulas de Artística, la biblioteca y las coordinaciones. El primer rector fue el Señor Bernardo Salazar, quien como la comunidad no tenía días de descanso. La primera maestra nombrada oficialmente fue la señora Nelly Monsalve, quien fue una extraordinaria maestra. La primera secretaria fue doña Eugenia Velásquez, quien desempeñaba las funciones de secretaria y tesorera. A los primeros estudiantes les tocó sentarse sobre tarros de saltines. Los primeros grupos del colegio funcionaron en la casa del señor Humberto Correa. Luego se abrieron otros grupos en la iglesia. El presupuesto para el año 1968 fue de 96.835. Con eso se pagaba la nómina del rector, de los maestros y se cubrían los gastos principales de funcionamiento. En aquel tiempo los maestros trabajaban por vocación y durante los fines de semana participaban en bazares y reinados para conseguir fondos para el liceo. Recordemos que inicialmente el colegio se llamaba LICEO DEPARTAMENTAL FLORENCIA. En el año 1972 se posesionó como rector Arturo Areiza.
“Era muy duro adaptarse a trabajar en este colegio porque apenas era un barrio en construcción, con muy pocas vías de acceso. El techo del colegio era de eternit y hacía un calor endemoniado, los alumnos se quedaban dormidos por causa del calor. El colegio funcionaba con una pobreza franciscana. La primaria estudiaba en la mañana y bachillerato en horas de la tarde, durante una jornada de 1 a 7 pm. En aquel tiempo se presentaban problemas entre los docentes de las jornadas porque a veces los estudiantes de la tarde no hacían aseo o por otros motivos, afirma el señor Gilberto Corrrea. Debido al crecimiento acelerado del Liceo fue necesario desplazar algunos grupos al barrio Santander. Los docentes tenían que caminar alrededor de 10 cuadras para ir a dictar las clases a esa sección.
“El maestro en esa época ere un líder, para ellos no contaba el tiempo, trabajaban con mística y con muy pocos recursos”, pero a pesar de eso se apoyan en las ayudas educativas, expresa el profesor Gilberto Correa. Mientras se construía la primera etapa del liceo fue necesario trasladar algunos grupos para el sector donde hoy funciona la I.E Maestro Pedro Nel Gómez.
En 1974 se construyen 10 aulas, oficinas, unidades sanitarias y biblioteca. En esa época la comunidad tuvo que hacer “paro” porque habían dejado el colegio en obra negra, así lo afirmó el periódico El Colombiano.
Mediante resolución del 13 de agosto de 1979 se aprobó el Plan de estudios de 1° a 6°. En mayo 1° de 1979 llegó al Liceo la secretaria Gloria Inés Escobar. A partir de 1973 se creó la doble jornada porque no había espacio para cubrir la demanda de la población escolar. En esa época el colegio tenía una tuna prestigiosa.
De acuerdo con el rector Rubén Darío Patiño, en la época del 70 al 80 hubo en el mundo un movimiento estudiantil terrible. La gente había interiorizado las ideas revolucionarias del Che Guevera y se hacían muchas revueltas en el colegio, sin embargo eran jóvenes que amaban el estudio.
En esa misma época cuenta la señora Dolly Botero se expandió también el fenómeno de la droga y llegó a los colegios la moda de los muchachos cocacolos. En una casa vecina cercana al colegio había una casa donde los jóvenes bailaban desnudos y consumían drogas. El padre Restrepo y doña Dolly tuvieron que intervenir para evitar que esa moda siguiera afectando a la juventud del colegio y del barrio Florencia. “El cuerpo de uno es sagrado, ni la droga, ni la prostitución pueden perturbar a la moral de la juventud y de los barrios”, afirma la señora Botero.
En 1979 se proclama la primera promoción de bachilleres del Liceo Departamental Florencia, pero la graduación se realiza el 23 de enero de 1980 en el auditorio del CASD. Mediante resolución del 11 de diciembre de 1980 el colegio es adscrito al CASD. Al año siguiente se crea la media técnica mediante convenio suscrito con el CASD. El 20 de octubre de ese mismo año se presenta oficialmente el himno y el escudo de la institución con base en los principios de honestidad, ciencia y solidaridad. El profesor Orlando Montoya, quien era un gran escritor fue el autor del himno del colegio.
La época del 80 fue muy dura para el colegio y para la sociedad en general. Fue la época del narcotráfico en Colombia y con él aparecieron las “bandas criminales y de delincuencia”. El colegio no fue ajeno a este fenómeno. Durante esa época fueron asesinados los estudiantes Hernán Buriticá, Diego Alexander Gómez y Angela Victoria Cortes. En 1993 se roban los computadores del colegio y varios profesores fueron amenazados.
En 1983 el Diego Echavarría Misas fue dividido en tres agrupaciones. La primera agrupación funcionaba donde hoy es el colegio. La segunda agrupación operaba donde hoy es la I.E. Maestro Pedro Nel Gómez. La tercera agrupación empezó a funcionar donde después se creó la I.E Félix de Bedout Moreno. En el año 1882 mediante una gran movilización de profesores, estudiantes y de la comunidad se logró reactivar la construcción de la segunda planta.
En 1984 el colegio tuvo una participación deportiva destacada con el estudiante Juan Darío Serna, campeón nacional de tenis de mesa. Durante ese mismo año se entregó oficialmente la segunda etapa del colegio. En 1985 se organizan los laboratorios integrados de Física, Química y Biología.
En 1989 el colegio ganó el reinado municipal de la Simpatía con la participación de Marisol Correa.
En el año 90 se empezaron a organizar en el barrio algunas bandas que dieron mucha guerra en el colegio. “Estas bandas casi acaban con el colegio”, afirma el rector Rubén Darío Patiño. Para esa época el rector era don Hernando Rico. Ya había señalado que algunos profesores fueron amenazados y tuvieron que ausentarse durante algún tiempo. “Estuvimos fuera del colegio entre 15 y 22 días debido a la situación tan complicada que se vivía en ese momento”, afirma el profesor Francisco Grajales. En el año 1993 el colegio entró en una crisis miedosa, señala Rubén Darío, rector actual. En vista de esa situación la Secretaría de Educación dividió el colegio en dos jornadas con un rector para cada una. En la jornada de la mañana se posesionó como rector Gonzalo Henao. Para la jornada de la tarde llega como rector el señor Rubén Darío Patiño en 1994.
A pesar de esto el colegio tenía una alta demanda de estudiantes. Cuenta el profesor Guillermo Pulgarín que había grupos con 55 estudiantes en un aula. Este hacinamiento de estudiantes fue una de las causas que hicieron que el colegio se desbordara en desorden y en violencia. Había alrededor de 2000 estudiantes matriculados en secundaria. En el año 1994 empezó la depuración del colegio. Fue una época marcada por mucha violencia. “No había otra alternativa: o se amarra los calzones o se va”, señala con tristeza el rector Rubén Darío García, a quien le tocó sortear la historia más difícil del colegio. “Tuvimos que sacar 168 muchachos que no se ajustaban a las normas del colegio y que además eran un problema para la estabilidad laboral y escolar”.
En ese mismo año se creó la Ley 115 o Ley General de Educación y con ella se crearon también los Consejos Directivos. Al primer consejo directivo le tocó liderar la depuración del colegio. La población escolar de la jornada de la tarde disminuyó considerablemente, pero en el año 1996 el fenómeno se empezó a invertir y la población empezó a crecer aceleradamente pero con mayor organización y disciplina. El primer personero fue Luis Carlos Velilla Tabares, un verdadero líder estudiantil, quien también ayudó a organizar el colegio. Este proceso de depuración le costó al rector una enemistad grande con los estudiantes de la mañana. “Un día un joven, bajo el efecto de las drogas, ingresó al colegio con el propósito de asesinar a un estudiante de la jornada de la tarde, como yo traté de evitarlo el joven enfurecido tomó una varilla y me botó los dientes delanteros”, relató sin rencor el rector Rubén Darío Patiño, durante un conversatorio organizado en el marco de la celebración del cumpleaños N° 40 del colegio. Era una época tan terrible que las bandas de la calle enviaban comunicados al colegio exigiendo el retiro de los muchachos vinculados a bandas estudiantiles o al servicio de la delincuencia y el narcotráfico.
Después de varias luchas ya estaban dadas las condiciones para unificar el colegio y fue así como el año 1999 se nombró como rector de la Institución Educativa Diego Echavarría Misas al antiguo rector de la jornada de la tarde, señor Rubén Darío Patiño García, después de haber realizado una encuesta a la comunidad.
El 1° de agosto de 1994 se inicia el restaurante escolar con una capacidad para 250 estudiantes. El 31 de agosto de 1999 visitó a la institución el Señor Alcalde Luis Pérez Gutiérrez. Durante su visita prometió construir un coliseo, pero a la fecha no se ha visto esta obra que es una necesidad para toda una comunidad.
Años más tarde el colegio fue encerrado con una malla que evitaría que los muchachos de la calle ingresaran al colegio sin control. Después se construyó el espacio donde funciona la sala de profesores, el auditorio y el restaurante escolar. En el año 2002 la Escuela Eduardo Uribe Botero se fusionó con la I.E Diego Echavarría Misas.
Por la institución han pasado escritores como Jorge Villaza y Gabriel Montoya. También de este colegio han surgido artistas y profesionales prestigiosos como Aldo Julián Ocampo, quien fue coronado como Rey Nacional de la Trova. El colegio a lo largo de la historia se ha convertido en patrimonio, orgullo y conquista de la comunidad.